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Recuerda los días de antaño;
    considera las épocas del remoto pasado.
Pídele a tu padre que te lo diga,
    y a los ancianos que te lo expliquen.
Cuando el Altísimo dio su herencia a las naciones,
    cuando dividió a toda la humanidad,
les puso límites a los pueblos
    según el número de los hijos de Israel.
Porque la porción del Señor es su pueblo;
    Jacob es su herencia asignada.

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